DESCRIPCIÓN DEL TALLER

Desde Nahual nace este proyecto de “Grupo de acompañamiento psicológico en posparto”, con el objetivo de ofrecerte un lugar seguro y sin juicio, donde compartir tu vivencia y tu sentir, donde puedas dejarte caer y ser sostenida en tu vulnerabilidad, por otras madres en tu situación y con acompañamiento profesional. Un espacio para que puedas explorar tu propia maternidad, conectar contigo y con tu instinto, y desde ahí vivirla desde el empoderamiento y la salud emocional.

A menudo las madres en posparto sufren con la disonancia entre lo que querían ser y lo que en realidad están pudiendo ser, dudan sobre su rol de madre, se comparan con  otras y con otros modelos de maternidad, piensan que no las van a entender… Y todo ello propulsado por la gran cantidad de informaciones, a veces contradictorias, que encontramos en redes y en manuales, con métodos para todo y para todas, y que se convierten en algo más con lo que compararnos o por lo que sentirnos presionadas. Todos estos aspectos pertenecen al plano mental, y pueden impactar negativamente en el bienestar de la madre, y afectar a la díada (mamá-bebé), por lo que se hace necesario y urgente una (re)conexión de la madre con su sabiduría interna e instintiva, para que pueda maternar desde otro lugar, un lugar propio que permita tomar decisiones desde la conciencia, y la búsqueda de respuestas donde cada madre considere más apropiado.

En el plano emocional es frecuente la soledad, la tristeza, la ansiedad, el miedo, sentirse desbordada, insegura, culpable, la vergüenzaestados que ponen en riesgo el bienestar de la madre y del bebé. Trabajamos teniendo en cuenta el concepto de fusión emocional (Gutman, 2009), según el cual el sentir de la díada es compartido entre la mamá y el bebé, por lo que se hace apremiante una intervención a este nivel, y a sabiendas que maternar puede ser una experiencia maravillosa y a la vez muy exigente y agotadora, y que el acompañamiento y el sostén emocional pueden prevenir el desarrollo de psicopatología.

En lo físico, tras el parto, los cuerpos de mamá y bebé se separan, pero el cuerpo de la madre no le pertenece sólo a ella, sino que es el “hábitat del bebé” en palabras de Nils Bergman. Estamos en el período de exterogestaciónque dura entre 9 y 12 meses, y del que depende el desarrollo positivo del bebé.  Esto conlleva una exigencia muy alta para la madre que, a menudo no se reconoce en su propio cuerpo, que aún está recuperándose del parto, en el mejor de los casos sin secuelas por violencia obstétrica, y que tiene a una criatura totalmente dependiente de ella que le demanda día y noche y a la que aún no comprende muy bien.

Y de lo biológico y personal nos vamos a lo contextual, donde están todos los movimientos que la ma/paternidad producen en la pareja y que a menudo son fuente de conflictos en la misma. La reestructuración en la familia que conlleva la aparición de un nuevo miembro en la misma. Los cambios en cuanto al rol de lo nuevos padres en la familia de origen y las posibles dificultades con los límites. Desajustes con los círculos de amistades, con los que ya no se encaja. Las políticas precarias de conciliación laboral… Cuestiones que añaden complejidad a esta etapa y que es importante conocer para poder transitarlos de la mejor manera.

Por otro lado, en la actualidad, en nuestro país se tiende a criar más en soledad que en épocas anteriores, a veces se vive a kilómetros de las familias de origen, otras veces la maternidad se da en edades en las que es difícil contar con el apoyo de las mismas, de tal manera que nos encontramos con una falta de apoyo y sostén en la crianza, lo que hace que se viva con mayor carga en lo logístico, y en lo emocional nos sintamos en una nebulosa que dificulta la crianza desde la conciencia y el goce.

«Para criar un niño hace falta toda una tribu».
Proverbio africano.

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